Ser salvo
No me cuesta nada
Es un regalo
Pero seguir a Cristo
Me cuesta, la vida misma
Y hay que entregarla
Tomar la cruz,
y andar por los caminos
de la vida
con actitud de olvidar
y con un corazón sincero
llegar a perdonar
aquellos que queriendo
o sin querer
te han hecho daño
tu dirás que eso no es fácil
que es imposible para ti
pero un ejemplo El
nos ha dado
negándose a sí mismo
fue a la cruz
y allí en el monte Calvario
a ti y a mí nos perdono.