MISIONES

MISIONES

domingo, 2 de agosto de 2020

El peligro de amar el dinero

Cuando te sientes a comer con algún señor, 
Considera bien lo que está delante de ti,”

Proverbio 23:1

 

Reflexión: ¿Realmente es peligroso amar el dinero? Indudablemente sí lo es, y en Proverbio 23:1-3 encontramos una interesante advertencia: “Cuando te sientes a comer con algún señor, Considera bien lo que está delante de ti, Y pon cuchillo a tu garganta, Si tienes gran apetito. No codicies sus manjares delicados, Porque es pan engañoso.”, Utilizando un lenguaje gráfico, el escritor nos advierte que no debemos envidiar el estilo de vida de los que se han enriquecido mediante fraudes, ni ganar su favor adulándolos ya que su amistad es falsa, y solo pretenden utilizarnos para su propio beneficio; y siguiendo el contexto del texto antes citado cada uno de nosotros debe tener cuidado cuando coma con una persona importante o influyente porque esta puede tratar de sobornarnos, y mayormente nada bueno saldrá de esa invitación, ya que en reiteradas ocasiones con el afán de conseguir lucrarse muchos están dispuestos a hacer cualquier tipo de cosas llegando hasta aceptar sobornos.

El dinero no es en sí mismo ni bueno ni malo; pero el amor al dinero puede conducir al mal; con el dinero puede que un hombre sirva egoístamente a sus propios deseos; así como también puede responder a la petición de quien este necesitado, si bien, las riquezas no son una desgracia, poseerlas conlleva una gran responsabilidad, porque el deseo de dinero tiende a convertirse en una sed insaciable.

Todos hemos escuchado de gente que ha ganado millones de dólares y luego lo ha perdido todo, hasta la persona promedio puede gastar una herencia de forma rápida, razón por la que Dios en su Palabra nos aconseja muchas veces a que no desperdiciemos nuestro tiempo persiguiendo tesoros terrenales perecederos; por el contrario, si nos insta a guardar tesoros en el cielo, ya que los tales nunca se perderán.

En la actualidad vemos como los que quieren hacerse ricos caen en tentación y en muchos deseos peligrosos de cosas prohibidas, que sumergen a las personas en un periodo de ruina y pérdida total, aprendamos del apóstol Pablo cuando dijo en Filipenses 4:12: “Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad.”

Paz y Gracia 

miércoles, 13 de mayo de 2020

Alégrate en Dios 🔥

Alégrate en Dios

Regocijaos en el Señor siempre. Otra vez digo: ¡Regocijaos!

(Filipenses 4:4).

Reflexión: El gozo es la segunda cualidad del fruto del Espíritu que aparece en Gálatas 5:22-23 “Mas el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley.” Según su traducción se describe como “estado de permanente alegría y felicidad que se produce de una experiencia espiritual”, ahora bien, el verdadero gozo del que habla la Biblia en reiteradas ocasiones no se trata de la felicidad que nos producen las cosas materiales o los placeres que este mundo ofrece, en lugar de eso, el gozo en el creyente es el resultado de la obra salvadora que Cristo ha ejercido sobre cada uno de nosotros. Es producto de experimentar una verdadera libertad, entrega de nuestras cargas a Dios y disfrutar de su amor para con nosotros, por esta razón, el gozo es un sentimiento de origen espiritual que se mantiene arraigadamente en nuestro ser, y que depende de la comunión con Cristo, de modo que el origen del gozo radica en la llenura del Espíritu Santo en nosotros, lo cual nos mantiene llenos de su presencia, de manera que aún en medio de las pruebas, podemos encontrar un descanso para nuestras almas y el gozo indescriptible que nos da la seguridad de que Dios está con nosotros. Desde siempre el sistema actual nos ha enseñado que para ser felices y plenos necesitamos llenar nuestras vidas con los triunfos académicos, laborares, la prosperidad económica, o los placeres del mundo, sin embargo, esto nunca logra satisfacernos del todo, ya que siempre faltará algo. La alegría que proviene del mundo es una felicidad momentánea que, aunque nos emociona por instantes, desaparece movida por las circunstancias de la vida. De modo que ¿Cómo podemos permanecer gozosos todo el tiempo? Pablo nos da la respuesta: “Regocíjense en el Señor siempre…” Filipenses 4:4 La clave para el gozo cristiano está en su fuente, la cual es el Señor, si el cristiano siempre está en Cristo, Él siempre estará en él, y esa siempre será una razón para tener gozo, aun cuando las circunstancias sean de dolor, lamento o tristeza, aún podemos alegrarnos en Cristo.
Paz y Gracia